La historia de Luthien Tinuviel y Beren
¿Alguna vez has vivido una historia de amor? ¿Amor que rompa barreras, que no deje que ninguna circunstancia lo separe? ¿Historias como la de Romeo y Julieta o la de Lancelot y Guinevere? La historia de Lúthien Tinuviel y Beren también es una historia de amor, una historia que habla de un gran amor, de una gran aventura, de nobleza, de traición, de alcanzar sueños, un cuento que aunque parezca irreal, es tan real como tu lo quieras, si lo quieres alcanzar...
Los enamorados se encuentran
Beren era un guerrero, hijo de la familia de Bëor, vivió desde chico con su padre Barahir en la tierra que los noldor les dieron para que las defendieran: en Dorthonion, al norte de Doriath. Ahí, Barahir se hizo amigo del rey Finrod Felagund, y ahí también, Beren presenció la horrible muerte de su padre y sus amigos a manos de orcos por una traición y su vida no volvió a ser la misma, se hizo amigo de las bestias y vagando en su tierra como fugitivo, luchando con arañas gigantes y monstruos. Un día por fin logro salir y sin que nadie supiera como, entró a la región de Doriath, protegida por un cerco mágico, y ahí su vida volvió a cambiar... Lúthien era una princesa, la más bella criatura de toda la Tierra, su canto inigualable, daba al reino de Doriath vida y primavera eterna, su baile gracioso y bello encantaba a todos. Lúthien era la verdadera joya de su padre Thingol, el rey Sindar, y de su madre Melian, la Maia. Lúthien vivía en Doriath desde siempre, desde antes de que hubiera Sol y Luna, cuando solo las estrellas alumbraban, desde antes de la llegada de Morgoth el enemigo y de los noldor desde el oeste... Beren entró sin querer al bosque en Doriath, su propósito no era otro mas que buscar paz y calma, y los encontró. Vagando entre los árboles, un día claro, empezó a oir el canto de los pájaros, de los ruiseñores, había flores por doquier, y al esquivar ese ultimo tronco, la vio... quedo hechizado por su belleza, sin poder acercarse o hablarle, tan solo la podía admirar, y en su corazón, la llamó Tinuviel, que quiere decir "Ruiseñor"... y así fue Beren, siguiéndola de lejos, siempre la encontraba y ella no lo veía, el solo la admiraba, se enamoraba más y más de su canto, de su baile, de su belleza. Pero un día Lúthien tenia que irse ya, a su hogar donde estaba el reino de su padre, y Beren al ver que se alejaba, no podía contener la tristeza de su corazón y rompiendo el hechizo que lo apresaba, pudo tan solo gritar: "¡Tinuviel! ¡Tinuviel!" y Lúthien lo volteó a ver... y ella como el, cayó enamorada al instante, el se acercó y ella lo vio... pero se tuvo que ir y Beren entristeció. Sin embargo, Lúthien Tinuviel regresó y lo tomó de la mano, se refugió en sus brazos y el amor de ellos creció más y más conforme pasaba el tiempo; se iban paseando por el bosque encantado, tomados de la mano, y su felicidad fue la mas grande nunca antes vivida en toda la tierra, en todo los reinos y los bosques y los mares...
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