El Silmaril
Carcharoth, un lobo terrible, fiero y fuerte los esperaba a la entrada y al no reconocerlos, no los dejo pasar... pero entonces Lúthien Tinuviel se quitó su disfraz y con su magia, habló al lobo diciendo:
-¡Terrible espíritu! cae ahora y duerme, y olvida por este momento la vida, ¡cae en oscuridad! y entonces Carcharoth cayó como golpeado y quedó ahí tirado en el piso, inconsciente.

Lúthien Tinuviel y Beren en la corte de Morgoth Bauglir

Entonces Beren y Tinuviel entraron y se adentraron en Angband, y por escaleras laberínticas, pasillos intrincados y oscuros, y muchos peligros, realizaron la obra mas grande que hubieran hecho elfos o humanos: llegaron al mismo trono de Morgoth, donde estaba con su corte llena de terror y fuego, a un salón lleno de armas e instrumentos de tortura, junto a balrogs, orcos, trolls y lobos... Beren se acercó y se echó frente al trono, con su disfraz de lobo. Pero Lúthien Tinuviel se quitó el disfraz y Morgoth la miró, pero ella no se venció por el poder terrible y el terror en su mirada:
-Mi nombre es Lúthien Tinuviel - le dijo la princesa - soy una princesa de los elfos, y ahora estoy aquí para servirte y cantar para ti, y ser como una trovadora en tu corte, para que te entretengas...
Y Morgoth viéndola la deseó por su belleza, por lo que por su propia malicia quedo traicionado y la comenzó a mirar con su terror, sumido en sus negros pensamientos... pero Tinuviel se volteó en ese momento, esquivando su mirada y comenzó a cantar, de entre las sombras, una canción de amor, de ese poder que ciega, y en ese momento Morgoth quedo ciego, mientras la veía, pero entonces ya no la pudo ver.
Y toda su corte quedó sumida en un sueño, y el fuego se apagó, pero los silmarils en la corona de Morgoth brillaban con su brillo blanco y puro, y por el peso de las gemas, la corona se balanceaba en su cabeza.
Entonces Tinuviel lanzo su capa para cubrir con ella el rostro de Morgoth, y siguió cantando para que ahora el quedara dormido, en un sueño oscuro como el vacío de donde el venía y donde el llegó a caminar en soledad. Morgoth cayó en seco en el piso, entonces la corona se salió de su cabeza y giró por todo el piso.
Beren yacía en el piso, como muerto por el mismo hechizo de Lúthien que cayó sobre toda la corte de Morgoth, pero entonces Tinuviel lo tocó con su mano y en el momento despertó y se quitó su disfraz. Entonces sacó un cuchillo que le robó a Curufin y de la corona de Morgoth arrancó un silmaril.
Al cerrar su mano, el silmaril no quemó su palma, como lo hubiera hecho con cualquiera, pero brillo como siempre y su mano se hizo como una lámpara brillante. Entonces a Beren se le ocurrió que podría hacer algo mas y tomar las otras dos gemas de Feänor de la corona, pero ese no era el destino de esas otras dos gemas y en ese momento se quebró su cuchillo, haciendo gran ruido y soltando una chispa que fue a caer para la desgracia de los dos enamorados, en la mejilla de Morgoth, y comenzó a moverse, igual que toda su corte, mientras dormía.
El miedo cayó sobre Beren y Lúthien Tinuviel, y tomados de la mano, huyeron ya sin disfraz, corriendo otra vez por los pasillos y las escaleras, con miedo de que los agarraran, con el único deseo de poder volver a ver la luz del Sol... y pudieron llegar hasta la puerta sin estorbos ni peligros o problemas, pero ahí, Carcharoth estaba ya despierto y corrió hacia ellos con enojo.
Entonces Tinuviel quiso hacer algo para detenerlo, quiso empezar a cantar o a gritarle algo al monstruo, pero era demasiado tarde, el ya estaba muy cerca... Beren brincó al instante y se interpuso entre su amada y el monstruo, y mostrándole su mano brillante, hizo que retrocediera con miedo:
-¡Atrás bestia del infierno! ¡lo que aquí ves quemaría tus entrañas con un dolor que no podrías soportar! ¡atrás!
Pero el monstruo entonces, enojado, se adelantó de nuevo y mordió la mano de Beren, con tal fuerza, que se la arrancó con todo y el silmaril; entonces la gema comenzó a quemarle las entrañas, y era tal el dolor que le causaba, que el monstruo salió corriendo lleno de terror y aullando por todas partes, matando todo ser vivo que se encontraba, huyendo hacia el sur...
Beren estaba ahora malherido, tirado en el piso frente a las puertas de Angband, porque la mordida de Carcharoth era venenosa. Pero Lúthien Tinuviel tomó su brazo, succionó el veneno y usando todo su poder, hizo todo por salvar a Beren, y ahora, la corte de Morgoth ya se había levantado, no había más tiempo que perder, todo parecía perdido para los héroes enamorados...
Pero de pronto, tres águilas aparecieron en el cielo, gracias a Huan que las fue a llamar. ¡Los dos enamorados estaban salvados! las águilas los recogieron y los llevaron por las nubes, justo a tiempo porque de las puertas de Angband salió fuego y humo, y un ruido espantoso de truenos y terremotos que ya no los pudo alcanzar.
Las águilas los llevaron por los aires hacia el sur, encima del valle seco al sur de Angband, por encima de Dorthonion, y entre las montañas, Lúthien Tinuviel pudo ver a Gondolin, la brillante ciudad escondida, pero tanta belleza no le impresionó, Lúthien lloraba porque no sabia como estaba su amado Beren, si vivía o no, si tenia esperanzas o no. Las águilas llegaron por fin a Doriath, al lugar donde Beren había dejado a su amada en desesperación.
Los dejaron ahí y Huan regresó, Lúthien estaba junto a Beren que yacía tendido en la hierba, pero sin moverse. Y de nuevo, Lúthien Tinuviel puso todo su amor para salvarlo, comenzó a cantar suavemente a su lado, mientras Beren parecía sufrir en sueños por el veneno. Pero de pronto abrió los ojos y vio el cielo azul, y oyó el dulce y suave canto de Tinuviel... la primavera regresó.
 
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