El Mormegil de Nargothrond
Túrin creció en favor frente al rey Orodreth y frente a todos los nobles y el pueblo de Nargothrond. Apenas llegaba a la edad de la madurez, por lo que era joven y apuesto. De cabello negro, vestía también de negro, era alto y de ojos grises, claramente el hijo de Morwen, de la casa de Bëor. Y la imagen de Húrin se veía en él tan clara en la batalla. Hablaba con estilo la lengua de Doriath. Fue tal su popularidad, que los elfos lo comenzaron a llamar Adanedhel, el Elfo-hombre. Su espada, Anglachel, fue entonces reforjada por los elfos de Nargothrond y la llamó entonces Gurthang. Desde entonces comenzó a llamarse a sí mismo Mormegil, la Espada Negra. Los elfos además le entregaron armadura de enano, la más resistente en la Tierra-Media, y Túrin se consiguió además, una máscara de las que usan los enanos al ir a la batalla, y con ella, aterraba a todos sus enemigos, siendo Túrin un guerrero fiero y valiente.

-El Mormegil no puede ser muerto - decían los elfos de el - excepto por pura casualidad o por flechas tiradas desde muy lejos contra el.

Pero Gwindor ya no era tan tenido en alto como antes para todos ahí. Incluso Finduilas, comenzó a enamorarse del Mormegil, aún contra su voluntad.

-¿Porqué estas tan preocupada Faelivrin? - le decía Gwindor a ella, pues ese fue el nombre que le puso a la princesa.

-Nada... es solo que... no se... - Finduilas no sabía ya que decir, la verdad, estaba muy confundida y aún queriendo mucho a Gwindor, no dejaba de pensar en Mormegil.

-Se lo que tienes, lo he detectado desde hace poco, igual que todos, tu corazón se va con la Espada Negra... - Finduilas solo se quedó callada. - No te angusties, que aún con todas las desgracias que Morgoth me ha dado, aún te amo. Por eso te digo: ve a donde tu corazón te mande... sin embargo te daré aún consejo. - Finduilas también lo quería, y con estas palabras se sentía mejor. - Ten cuidado del Mormegil, pues siempre la mala suerte lo persigue y lo acehca. No hay empresa en la que el se embarque que no vaya a un mal fin. Ten cuidado porque el ciertamente no es Beren, y en realidad, el es Túrin, hijo de Húrin... si, Húrin el guerrero maldito y su familia por Morgoth en Angband. Tan solo te digo: cuidate.

Despues de un largo silencio, Finduilas habló: - El hijo de Húrin no me quiere, y no lo hará nunca... - con lo que daba entendido que aún enamorada, no podía hacer mucho, y tal vez las palabras de Gwindor, aunque sinceras muy convenencieras, cambiaron su modo de ver las cosas.

La princesa habló de esto con Orodreth, y al enterarse, el rey se alegró de tener entre sus soldados a una persona tan prestigiada. Pero Túrin no estaba muy alegre de haber sido descubierto, y supo por ellos de donde había salido la verdad.

-¡¿Porqué me traicionaste y revelaste mi nombre?! ¡Me has hecho más mal que bien! Lo único que has traído es mi mala suerte y mi destino contra mi...

-Te equivocas Túrin, tu destino yace en ti mismo y lo que tu mismo hagas con el, no en tu nombre.

 El ejército de Nargothrond dirigiéndose a la batalla

Pero aún así, al enterarse Orodreth, puso muy alta la posición de Túrin. Lo hizo capitán de todas sus fuerzas, y las cosas comenzaron a cambiar en Nargothrond. Ahora, Túrin ordenaba las cosas casi a su antojo, el era el mayor consejero del rey, y siempre influyó bastante desde entonces en sus decisiones. Gwindor era el único que muchas veces iba contra su consejo. En Nargothrond, desde los días en que Celegorm y Curufin, y aún antes, vivieron ahí, los soldados solamente atacaban con emboscadas y en secreto, nunca a campo abierto. Pero a Túrin no le gustaba esa manera de pelear, así que con su gran influencia, cambió las cosas y el ejército de Nargothrond comenzó a pelear a campo abierto otra vez. Su fama comenzó a desperdigarse por toda Beleriand, se hizo un guerrero muy famoso y en ese entonces la región de Nargothrond, al oeste de Doriath, al norte del Narog, en las desoladas Falas y en toda esa zona, los ejércitos de Morgoth tuvieron que retirarse pues con el ejército de Nargothrond, y Túrin dirigiéndolo, muy poco les quedó que poder hacer contra ellos. Lo único que Túrin pidió fue que no se revelara su nombre, así, su fama llegó a oídos de todos en Beleriand, pero solo se hablaba de la Espada Negra de Nargothrond.

Fue tal la influencia de Túrin en la corte del rey, y en el rey mismo, que terminó ordenando que se construyera un puente sobre el Narog, frente a las puertas de Felagund, para que así las tropas se movilizaran más rápidamente. Y haciendo caso de su consejo, y caso omiso de las opiniones contrarias como la de Gwindor, el puente fue hecho.

Sin embargo fue así como Morgoth se terminó enterando del lugar exacto donde Nargothrond tenía su entrada.
 
 
La familia de Húrin en Doriath
Algo bueno salió de esto: gracias a que el ejército de Nargothrond, dirigido por Túrin, limpió toda la zona, por un pequeño tiempo el espacio entre Dor-lómin y Doriath quedó completamente libre de enemigos, y así, sin saberlo, Túrin ayudó a que por fin Morwen tomara una decisión y logró huir del lugar junto con su hija Nienor, y huyeron a Doriath, en busca de Túrin:

-Saludos Morwen, de la casa de Bëor, esposa de Húrin el más grande de todos los guerreros de los Edain. ¡Que dicha tenerte ahora a ti también aquí después de tanto tiempo! - le saludó Thingol y ahora el rey y la reina estaban más tranquilos teniendo entre ellos a Morwen y Nienor, por quienes siempre se preocupaban desde que no tenían noticias de ellas desde el norte.

-Saludos rey Thingol, gracias por tu hospitalidad - le dijo Morwen al rey - ¿Dónde esta Túrin?, hace tanto que no lo veo, quisiera verlo ahora...

Melian contestó: - Morwen, sobre Túrin no tenemos noticias desde hace mucho tiempo. El huyó de Doriath pensándose prófugo, pero aún cuando por Beleg Cúthalion, de quien tampoco tenemos ninguna noticia, que lo encontró y le habló del perdón nuestro, Túrin no quizo ni ha querido regresar. Hasta hace poco se sabía de él por su fama como Gorthol, un bandido que hacía graves daños a los orcos al oeste de aquí. Pero se llegó a hablar de una traición y desde entonces no sabemos nada de el.

-¿Pero que acaso no eran ustedes los encargados de él? - contestó Morwen un poco enojada, al ver ahora que su hijo no estaba tampoco ahí, y luego de tanto tiempo sin verlo...

-Mira Morwen - le dijo Thingol - hemos hecho hasta lo imposible por encontrarlo, y cuando lo encontramos y hablamos con él, también hemos hecho lo imposible por que regrese, pero aún así el no quiere, prefiere quedarse afuera, como prófugo, valiéndose solo por sí mismo. Por ahora, te pedimos a ti y a tu hija, que se queden aquí con nosotros en Doriath. Serán tenidas por invitadas de gran honor aquí, y mientras tanto, seguiremos en la busqueda, al menos de noticias de tu hijo de quien perdimos el rastro hace tiempo, igual que de su amigo Beleg.

Así, Morwen y Nienor decidieron quedarse en Doriath, donde recibieron grandes honores. Pero a ambas les dolía el no saber nada ahora de Túrin, por quien dejaron Dor-lómin para buscarlo, pensando que lo encontrarían en Doriath.
 
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12    

 Inicio

página de Javis