El amigo de Túrin
Al llegar a Doriath luego de muchos peligros, Túrin fue recibido por Beleg 'Arcofuerte', jefe de la guardia del rey, el cual lo llevó hasta Menegroth.

-¿Quiénes son ustedes? - les preguntó Beleg cumpliendo su deber, pero también queriendo ayudar a esos dos hombres y el niño que llegaban débiles y maltratados.

-Somos siervos de Morwen, esposa de Húrin. Venimos con el encargo de traer a Túrin hijo de Húrin a Thingol rey de Doriath para que se encargue de él y lo cuide pues Dor-lómin ha caido en manos oscuras y ella teme por su hijo.

En el momento, Beleg simpatizó con el jovencito, al cual llevó de inmediato a Menegroth. Ahí Túrin se sorprendió y maravilló con la bella ciudad de las cavernas. Pero lo que más le impresionó fue el rey Thingol y su esposa la reina Melian. Beleg los presentó y ahí mismo el rey tomó a Túrin como un hijo adoptivo para él. Pero Beleg era quien más tiempo pasaba con él y mientras Túrin crecía, aprendió de él muchas cosas que los elfos saben, y también en materia de guerra, a manejar armas, y el arco, del cual Beleg era el mejor. Y así, Túrin y Beleg se hicieron grandes amigos y compañeros.

En un principio Túrin estaba tranquilo. Constantemente había comunicación con Dor-lómin y así él recibía noticias de su mamá y de su hermana. Ellas no querían irse de ahí, pero siempre mandaban abrazos y saludos a Túrin, que las extrañaba mucho. Pero en una de esas ocasiones, los mensajeros que mandaba Thingol no regresaron ya, y por ello el rey dejó de mandarlos. Esto pasó nueve años después de que Túrin llegara a Doriath, y ahora el hijo de Húrin estaba devastado y muy preocupado. Y se presentó ante el rey.

-¿Qué sucede Túrin? ¿Porqué vienes con gesto preocupado y triste?

-Thngol, tu sabes lo tanto que te respeto, que eres para mí casi como un padre, y que te agradezco el que me hayas recibido aquí y me hayas cuidado todos estos años. Y ahora, quisiera pedirte un favor tuyo, como hijo que puedo ser para ti.

-Dime, te escucho.

Túrin pide a Thingol y Melian permiso para irse

-Pues bien, me he dado cuenta que ya no envías más mensajeros a Dor-lómin, donde viven mi madre y mi hermana, desde que los últimos no regresaron ya, y eso me tiene muy preocupado.

-Lo sabemos Túrin - contestó Melian que también quería mucho a Túrin- pero comprende que el rey ha hecho todo lo posible porque ellas regresen y ellas no han querido, sin embargo, confía en que ellas están bien, no por lo que dicen los mensajeros, sino porque te lo estoy diciendo yo.

-Sabios reyes, saben que los respeto, pero ese no es el favor que venía a pedirles hoy. Quisiera ir a defender el reino en las fronteras y luchar junto con mi amigo Beleg, que necesita ayuda también.

-Lo que nos pides es difícil, prometimos cuidarte...

-Lo se Thingol, pero ya han pasado nueve años y se que también puedo valerme por mi mismo en muchas cosas. Quisiera hacer aquellas cosas que también mi padre hacía, luchar contra aquellos que no buscan más que despojarnos.
Aunque los reyes no estaban muy seguros, terminaron accediendo a la petición de Túrin, y así tomó una espada y se puso el casco-Dragón de Dor-lómin y se fue a pelear junto a Beleg.

Tres años después regresó, pero después de vivir varias batallas y en lugares salvajes, estaba sucio y maltrecho. En Menegroth había varios elfos sindar ministros del rey provenientes de todos los lugares en Beleriand: Mithrim, las Falas y también Ossiriand. Y de este útlimo lugar era Saeros, quien envidiaba a Túrin la alta estima que tenía del rey.

-¡Vaya pero que mal te ves Túrin hijo de Húrin! ¡Salvaje y sucio!. Oye, si los hombres de Hithlum son así de fieros y salvajes, ¿cómo son las mujeres de Hithlum? ¿Acaso corren como venados desnudas y vestidas únicamente de sus cabellos? - Los compañeros de Saeros reían a carcajadas de lo ridículo que se veía Túrin, y él enojado simplemente tomó una copa y se la lanzó a Saeros, al que hirió en la cabeza fuertemente. Al día siguiente Saeros estuvo acechando a Túrin de nuevo, para que se regresara a las fronteras de Doriath y Túrin sin poder aguantar más la ira lo persiguió hasta que Saeros, en un accidente que Túrin nunca pretendió que sucediera, tropezó en un río y se estrelló contra unas rocas en el agua, muriendo al instante. Esto lo vio Mablung, capitán en jefe de Thingol, que también era amigo de Túrin.

-Creo que estamos en un aprieto Túrin. Pero sigue mi consejo, la culpa no la tienes tu. El rey es sabio y justo, y sabe reconocer la verdad y te dará su perdón, si tan solo vas y hablas con él de esto, para evitarte más problemas.

Pero Túrin tenía miedo de ser apresado, se consideraba ya un prófugo. - Olvídalo Mablung, no puedo ir a hacer eso. Se que el rey me estima, pero aún así soy solo un extranjero aquí, mientras que Saeros era un ministro de alta estima para el rey y para el pueblo, no puedo ir... - Así, Túrin pasó de la protección mágica de Melian y huyó de Doriath, sin que nadie ahí supiera a donde se había ido.

Pero Thingol, al enterarse, se compadeció de Túrin y lo perdonó. En ese tiempo Beleg regresó del norte de Doriath, buscando a Túrin y se enteró de lo que había pasado.

-Cúthalion, -habló con él el rey- temó por el hijo de Húrin, quien he tenido por hijo todos estos años. Él es mi hijo, hasta que Húrin regrese, y ahora el se ha escapado pensando que lo castigaría fuertemente por su mal. Pero lo estimo mucho y quisiera estuviera de regreso para seguir cuidando de el... ¿qué me aconsejas que haga?

-Pues yo también estimo mucho a Túrin, es mi amigo y un gran compañero. Yo lo buscaré hasta encontrarlo y lo traeré de regreso a Menegroth, si tu lo permites.

-Ve pues Beleg, y encuéntra a Túrin y tráelo de regreso o al menos trae noticias de él.

Entonces Beleg partió de Doriath y pasó por muchos peligros, buscando a su amigo perdido...

Beleg Cúthalion ('Arcofuerte'), amigo de Túrin

 
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