La desgracia | |||
Beleg llegó a Dorthonion, siguiendo las pistas de los orcos casi les dio alcance, pues no descanso y caminó
más rápido que ellos. Ahí, Beleg se encontró con un elfo malherido: -¿Cómo te llamas? - le preguntó Beleg. -Me llamo Gwindor, hijo de Guilin, soy un noble de Nargothrond - le contestó alegre de haber encontrado ayuda, aunque muy débil aun. -¿Y que te trae hasta aca Gwindor? ¿Te atacaron? -¿Que si me atacaron? ¿Nunca oiste hablar de mi? -La verdad, no... -Mi padre Guilin y mi hermano Gelmir fueron presos en la Dagor Bragollach, y durante la Nirnaeth Arnoediad, fui a luchar al lado de Fingon. Pero los orcos mataron frente a nuestros ojos a mi hermano y yo guié a mis hombres, los pocos que el rey Orodreth nos dejó ir a la batalla al lado de los hijos de Feänor, hasta las mismas puertas de Angband. Ahí caimos presos los pocos que quedamos vivos. Pero hace poco me escapé por una ruta muy poco conocida y peligrosa que excavamos los mineros noldor que estábamos presos ahí. Solo yo sobreviví... - y diciendo esto se desmayó. Beleg lo atendió y le dio lembas. Gwindor se fue recuperando poco a poco y al cabo de unas horas estaba ya mucho mejor, incluso de ánimo. -¿Y tu quien eres? - le preguntó ahora Gwindor con curiosidad -Mi nombre es Beleg, llamado Cúthalion, y voy tras una banda de orcos que raptaron a mi amigo, para rescatarlo. -Los orcos... si yo vi una compañia de ellos pasar cerca de aqui hace muy poco tiempo... ¡Pero estas loco! ¡tu propósito aunque noble, es suicida! tras ellos iba un hombre alto y de cabello negro, tal vez fuera tu amigo, pero en tu lugar no iría, probablemente al rato ya esté muerto o rodeado de más guardias que tan solo viéndote, te matarían. -Aun así debo ir, no abandonaré a mi amigo... -Y a todo esto, ¿Quién es él? -Su nombre es Túrin, hijo de Húrin... -¡Túrin! ¡entonces con mayor razón morirías! Allá en Angband era bien conocida la situación de Húrin, y una maldición de Morgoth no debe ser tomada a menos... -Pues aún así iré, ahora te toca elegir. Tu ya estas mejor y si quieres, puedes acompañarme, si no, eres libre de hacer lo que quieras... -Iré, a ti te debo que me hayas ayudado y curado, vamos pues, no deben estar lejos. |
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Así, Beleg Cúthalion y Gwindor hijo de Guilin continuaron la marcha y llegaron casi a los bordes
del bosque de Dorthonion, donde comenzaba la gran llanura desolada. Ahí, a lo lejos encontraron lo que buscaban:
la compañia de orcos descansaba y los guardias lobos vigilaban todo alrededor. En el tronco de un árbol
muerto, Túrin estaba atado. Entonces Beleg disparo con su arco contra los lobos, uno a uno, matándolos silenciosamente y eliminando así la guardia. Una tormenta se acercaba por el oeste, sobre las montañas de la Sombra, y Beleg y Gwindor se colaron al lugar sin ser vistos... Al llegar ahí encontraron a Túrin atado y muy maltratado. Todo a su alrededor había cuchillos y navajas que los orcos habían lanzado contra él y ahora Túrin dormía intranquilamente. Beleg y Gwindor lo desamarraron y lo cargaron, llevándolo hasta los comienzos del bosque y ahí descansaron. La tormenta ya se había desatado, y Beleg decidió desatar a su amigo que aún yacía como inconciente. Sacó su espada Anglachel, y entonces comenzó a cortar las ataduras de los pies de Túrin, sus manos ya estaban libres cuando lo desataron del tronco. Pero entonces, Beleg rozó con su espada el tobillo de Túrin, lastimándolo un poco. Túrin entonces se despertó alterado, pensando que lo levantaban para torturarlo de nuevo. La oscuridad por la tormenta era horrible, y entonces, al verse libre, Túrin forcejeó con quien tenía frente a el y le arrebató la espada, y sin preguntar más, la encajó firmemente en el costado de Beleg. De pronto, un relámpago cayó y Túrin vio con horror que quien estaba ahora herido frente a el no era otro que Beleg Cúthalion, su amigo desde chico. La tormenta no paraba, y el rostro de Túrin fue de tal terror y desesperación, que incluso Gwindor se aterró y se agachó en el piso no queriendo ver más. |
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-Será mejor que nos vayamos, el peligro es grave, los orcos están cerca, huyamos mientras podemos
- dijo Gwindor después de un rato. Pero Túrin no contestó nada, estaba sentado junto a un
árbol, viendo solamente a su amigo muerto por el sin decir nada, con los ojos rojos y la cara llena de dolor. Hasta la mañana siguiente, Gwindor, ya sano gracias a los cuidados que le había dado Beleg, convenció por fin a Túrin de irse. Enterraron a Beleg cerca de unos árboles y colocaron sobre su tumba a Belthronding, su arco de madera negra. Sin embargo, Gwindor tomó a Anglachel para que tomara venganza de los sirvientes de Morgoth que provocaron la desgracia; igualmente se llevó el lembas. Y así fue el fin de Beleg Arcofuerte, amigo sincero como ninguno, el mejor en el arco y en todas las destrezas de esos días, a manos de quien más amaba el. De ese dolor, Túrin ya jamás se recuperó del todo y en el rostro quedó grabado su sufirmiento. |
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Agarwaen en Nargothrond | |||
Entonces Gwindor comenzó a guiar a Túrin hacia el sur. Se dirigieron a las fuentes del río
Narog. Ahí, Túrin bebió del agua del lago y recuperó un poco más la cordura.
Ahí también Túrin compuso una canción en honor a Beleg, para recordarlo siempre. -¡Vamos Túrin! - intentó animar Gwindor al pobre hombre - es tiempo de que te levantes, vayamos a Nargothrond de donde yo vengo, ¡reanimate que tienes aún mucho porque vivir! - Y dicho esto, Gwindor le entregó a Túrin a Anglachel, la espada negra que Beleg utilizó. -¿Quién eres? - le preguntó Túrin a Gwindor. -Un prófugo de Angband. Pero antes era Gwindor, un noble de Nargothrond, lugar al que nos dirigimos. -De Angband... ¿entonces supiste algo de Húrin Thalion hijo de Galdor de Dor-lómin mientras estabas ahi? -A Húrin nadie lo ha visto jamás desde que cayó preso. Pero se sabe y se rumora que aún reta a Morgoth con su actitud impasible y por ello Morgoth ha maldicho a toda su descendencia... -Eso si te lo creo... Los dos llegaron entonces a Nargothrond, la ciudad de Felagund. En un principio no reconocieron a Gwindor, pues estaba completamente cambiado, más avejentado y maltrecho a como en sus días como noble de Nargothrond. Pero Finduilas, hija del rey Orodreth, estaba enamorada de él y lo reconoció. Por seguridad, Túrin también fue introducido en la ciudad. Al presentarlo, Gwindor estaba por decir su nombre, pero Túrin lo interrumpió. -Me llamo Agarwaen, hijo de Úmarth (que quiere decir Manchado por la Sangre, hijo de la Suerte Desdichada), soy cazador en el bosque... |
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