Vida y Libertad |
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Tan grande es el amor que El nos tiene, que El mismo vino a mostrarnos la luz... | ||
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Hoy en día resulta difícil empezar a creer o seguir creyendo en Dios. Es difícil ante el
hambre, el descontento general, la guerra y la injusticia, ante la opresión y la exagerada invasión
de información. ¿Tiene lugar Dios en medio de tanta porquería? ¿Es posible un Dios
que "permita" tanta basura? Es difícil creer en Dios porque implica tomar responsabilidad y muchas
veces saberse en parte culpables de estos problemas y sobre todo reconocer que la humanidad, siguiendo el camino
que sigue, no puede sola. Resulta difícil ante la contradicción no solo de las comunidades que representan una religión y un estilo de vida, sino por la incongruencia de las personas con quienes convivimos que levantan muy mozos una bandera de Dios mientras por dentro nada cambia. ¿Cómo creer en Dios que promete estar con sus fieles si sus mismos fieles no están con Él y ni fieles son? |
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Sin embargo, aún siguen estando ahí los oprimidos, los hambrientos (de pan y de paz), los niños
de la calle, aquel compañero rechazado y aquel amigo a quien reprobaron injustamente, aquel trabajador y
su familia desempleados. Y es con ellos precisamente con quienes Dios promete siempre estar, ¿será
cierto? ¿Sería posible un Dios que estuviera con los oprimidos? Pero... si ahorita me hago esta pregunta, ¿de qué sirve? Tal vez pienso que Dios solo es un pretexto creado por unos pocos hombres para manipular ideas, mientras estoy en casa cubierto cuando afuera llueve y alguien sin casa se moja y alguien más pierde sus cosechas, estoy aquí satisfecho mientras afuera alguien muere de hambre y alguien más le niega su pan al hambriento, o estoy aquí quejándome de mi vida, de los otros, del clima, escudándome en mis depresiones mientras hay alguien a quien no se le deja vivir, es preso, necesita calor, no tiene amigos y conoce la tristeza verdadera de perderlo todo. En fin, estoy aquí acomodado, eso sí haciéndome la pregunta de si existe Dios ante esas injusticias afuera de mi ventana, cuando según el yo acomodado no debería ser así. Tal vez espero un Dios mágico que resuelva mis problemas y los del mundo de la noche a la mañana o tal vez no me importa porque yo mismo soy cadena de otros y los oprimo y me oprimo a mí mismo, y definitivamente un Dios vendría a amolarme mi jueguito placentero. ¿Existirá Dios? ¿Será posible? Creo que esa pregunta solo me la podré responder si hoy mismo, si ahora mismo, me decido y salgo de aquí, de mi comodidad y vida fácil y veo en verdad si Dios está donde dice estar, junto a los que yo oprimo (incluso yo mismo), junto al desvalido, si voy, veo y entonces me doy cuenta de que otros hacen lo mismo, aún siguiendo caminos distintos, y soy capaz de aceptarlos como compañeros en busca de un mismo fin y juntos hacemos todo un cuerpo que se entrega para dar luz, y así voy a todos ellos y les tiendo la mano. Es así como me doy cuenta de algo importante: Dios promete estar no solo con los oprimidos, sino con todos los hombres y las mujeres. Ante la comodidad que le gusta a la humanidad, dejando solo pasar las cosas, como que Dios es "terco" y siempre propone (no impone) un plan de vida que lleva a todos a una vida digna de ser llamada vida, no a la comodidad. A veces parecería que ir con ese plan de vida es pertenecer a una religión o a un grupo, o ir a decir "sí" a todo lo que me digan los domingos sin siquiera pensarlo, pero no es cierto. Si ya me decidí a salir, ahora el plan propone continuar, no solo una vez y ya, si no estar ahí donde se puede tender la mano siempre que se pueda. Para seguir ese plan de vida, habría que conocer como es ese plan, y a la vez comenzar ya a romper el esquema de solo decir "sí" pero no ser congruente, no tanto con eso a lo que decimos "sí", sino más bien con nosotros mismos. Implica golpes, tropiezos, burlas, rechazo, vaya, incluso han matado a varios por eso. Pero también implica ayudar a iluminar la oscuridad del mundo, saber tender la mano, que las cosas ya no se queden como están y ahí muere. Implica mucho de creer, mucho de cambiar y querer cambiar. Pero si Dios es como dice ser, entonces ya no habría problema, porque es también con ellos con quienes también Él promete estar: con los que toman el riesgo de lo que conlleva pero que aún así se dicen "vale la pena hacerlo porque también implica vivir y ser libre". |
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gracias a Erika, Karla, Oswaldo, Álvaro y a mis papás por sus comentarios y opiniones para que este ensayo quedara bien hecho |
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Pues esperando que las siguientes páginas te gusten, y sobre todo te iluminen, te las dedico también a ti, quien estas leyendo estas líneas. | ||
Cántico a las criaturas | ||
Oración de San Damián | ||
Himno al amor | ||
Una carta con despedida | ||
Padre Nuestro | ||
¿Dar la otra mejilla? | ||
Escríbeme |