Cuando los Noldor partieron de Aman hacia la tierra media, sus líderes iban divididos en dos bandos: los que de alguna manera seguían a Feänor, rey de los Noldor, ya fuera por su juramento o por sus promesas, y los que seguían a su medio hermano Fingolfin. Las tres familias reales tenían miembros que seguían a uno o a otro. El hermano de Fingolfin, Finarfin, no continuó el viaje, pero sus hijos sí. De estos, el mayor era Finrod que estaba de parte de Fingolfin.
Feänor era hijo de Finwë primer rey de los Noldor y Miriel de los Noldor, pero Fingolfin y Finarfin eran hijos de Finwë e Indis de los Vanyar que tenía los cabellos dorados. Por ello, Fingolfin y Finarfin también tenían cabellera dorada. Sin embargo, los hijos de Fingolfin eran de cabello oscuro, mientras que los hijos de Finarfin y Eärwen de los Teleri sí heredaron la cabellera de Indis.
Puesto que Feänor los traicionó abandonándolos en los fríos hielos del Helcaraxë, Fingolfin, sus hijos y los hijos de Finarfin, se pusieron en marcha hacia la tierra media a través de esta zona fría y devastada. Llegaron al noroeste de Beleriand por Hithlum y al encontrarse con su parientes que los traicionaron, se mantuvieron alejados por rencor. Sin embargo la amistad entre los hijos de Feänor y los de Fingolfin y Finarfin había llegado a ser grande, y poco a poco se fueron acercando más, lo que era mejor al estar unidos contra Morgoth el Enemigo, sin embargo no todos, sobre todo de la casa de Feänor estuvieron muy de acuerdo.
En Beleriand reinaba Thingol, que resultó ser pariente de los hijos de Finarfin, por lo que ellos comenzaron las relaciones con los elfos del lugar y así fue como los Noldor consiguieron establecer sus reinos al norte de Beleriand. Finrod y la casa de Finarfin se establecieron en la parte norte-centro de Beleriand, excepto Galadriel, que se quedó a vivir en Doriath, centro del reino de Thingol. Finrod estableció en la isla Tol Sirion la capital de su reino, donde construyó la torre de Minas Tirith como guarda de este importante paso hacia el oeste de Beleriand; con él habitó su hermano Orodreth. Al oriente, en Dorthonion y Ladros, habitaron sus hermanos Angrod y Aegnor.
Sin embargo, las relaciones de Thingol con los Noldor comenzaron a empeorar al enterarse de los motivos por los que los Noldor dejaron Aman y que se relacionaban mucho con la muerte de sus parientes, por lo que al final prohibió el uso de la lengua de los Noldor y sólo los hijos de Finarfin podían entrar a su reino, y los de Fingolfin eran tenidos como aliados; pero a los de Feänor, Thingol los aborrecía.
De los príncipes Noldor, Finrod tenía una estrecha amistad con Turgon hijo de Fingolfin, que vivía en Vinyamar. Un día caminando juntos por las orillas del río Sirion, el Valar Ulmo les habló en sueños para que buscaran lugares secretos donde habitar y fundar ciudades que sirvieran de refugio y defensa. No se dijeron nada pero cada uno partió a buscar un lugar. Turgon encontró el valle secreto de Tumladen, donde fundó Gondolin. Pero Finrod consultó con Thingol, el cual habitaba en la ciudad de Menegroth en medio de Doriath, una ciudad construida por elfos y enanos entre cavernas y grutas del río Esgalduin. Finrod le confesó que querría tener un lugar así y Thingol le mostró entonces un lugar.
Fue así como Finrod llegó a los rápidos de los ríos Ringwil y Narog y ahí fundó su reino: Nargothrond. La ciudad la construyó igualmente con ayuda de los enanos, de los cuales se hizo también amigo. Y ellos hicieron para Finrod el collar más famoso de los enanos: el Nauglamir. Los enanos también comenzaron a llamar a Finrod por el nombre con el que también sería conocido desde entonces: Felak-Gundu, que quiere decir "Hacedor de Cuevas" o "Señor de las Cavernas", sin embargo, al traducirlo a la lengua de los elfos, su nombre quedó como Felagund.
Así fue como Finrod Felagund se convirtió en el rey de los Noldor con el reino más grande, además del más rico pues desde Aman fue el que más riquezas se trajo. Su reino no sólo abarcaba la ciudad de Nargothrond. El reino en sí era, aparte de la ciudad, la parte norte y noroeste del río Narog (y un poco al este también). Además, Minas Tirith, ahora a cargo de Orodreth era de su reino. Y por ser el jefe de su casa, también Dorthonion y Ladros formaron parte de su reino.
Sin embargo el poseer tantas riquezas y un reino tan grande no eran motivo de orgullo para él. Al contrario, pues Finrod Felagund se caracterizó siempre por ser muy noble y sencillo, como su padre. Así, Finrod Felagund tenía también muy buenas relaciones con casi todos en Beleriand: con los Noldor de la casa de Finarfin al ser su familia; con los de la casa de Fingolfin por ser grandes amigos, igual con los de la casa de Feänor tenía gran amistad, sobre todo con Celegorm. Con Thingol, con los enanos de Belegost y Nogrod y también con los elfos de las Falas, sus vecinos al oeste: Finrod ayudó Círdan, señor de las Falas, a reconstruir y fortalecer los puertos de Brithombar y Eglarest, además de construir la torre de Barad Nimras. Y con los elfos verdes de Ossiriand también, pues cuando a veces se iba de caza al este de Beleriand con Celegorm, a veces se apartaba y se iba a la tierra de los siete ríos.
Fue así como un día vagando por Ossiriand, Finrod oyó cantos y al acercarse se encontró con seres que nunca había visto: eran los primeros hombres que llegaban a Beleriand y Finrod fue quien primero habló con ellos. Estos hombres eran lidereados por Balan, llamado Bëor el Viejo, y al conocer a Finrod lo llamaron en su lengua Nom, que quiere decir sabiduría. Desde entonces Finrod Felagund y la casa de Bëor fueron grandes amigos. Finrod los llevó primero a Estolad, y cuando el rey Thingol dio su permiso, un poco a regañadientes pero convencido por Finrod Felagund, para que los hombres habitaran con los Noldor, Finrod le cedió a la casa de Bëor el bosque de Dorthonion, donde habitaron desde entonces como vasallos de Nargothrond. Pero Bëor se quedó a vivir con Finrod Felagund en su ciudad y fue allí, cuando Bëor murió, que los elfos conocieron por primera vez el destino extraño de los hombres: la muerte que ellos no conocían.
Finrod no tenía hijos, aunque en Aman anduvo con Amarië de los elfos Vanyar, ella no lo siguió al exilio. Y una vez, platicando con su hermana Galadriel en Doriath sobre esto, ella le preguntó si no querría tener hijos, pero Finrod le contestó que tal vez Nargothrond sería destruida sin nadie que heredara el reino.
Cuando se rompió la gran paz en Beleriand, sólo la casa de Fingolfin pudo resistir en sus puestos y sus ciudades, pero al norte, la casa de Feänor fue dispersada, por lo que Celegorm y Curufin se fueron a vivir a Nargothrond. Pero los más afectados fueron los hijos de Finarfin: Angrod y Aegnor murieron. Y mientras Finrod luchaba al norte para defender la entrada hacia Beleriand en Minas Tirith, quedó con muy pocos hombres suyos, y ya estaba casi desesperado cuando desde Dorthonion llegó Barahir, jefe de la casa de Bëor en su ayuda y salvó el día. Finrod le dio entonces su anillo hecho de joyas verdes de Aman, con dos serpientes iguales cuyos ojos eran de esmeralda, y sus cabezas se encontraban bajo una corona de flores doradas, que una sostenía y la otra devoraba, ese era el símbolo de la casa de Finarfin. Y se lo dio a Barahir como símbolo de un pacto de ayuda en cualquier necesidad tanto a él como a cualquiera en su familia, en agradecimiento por salvarle la vida.
Finrod se retiró a Nargothrond, pero las luchas continuaron: se perdió Minas Tirith y Orodreth se fue también a vivir a Nargothrond; pero no sólo eso, sino que también se perdió Dorthonion, Barahir quedó al final con su hijo y diez hombres solamente viviendo como prófugos en su tierra. Fueron traicionados, pero el hijo de Barahir, Beren, se salvó. Él vengó la muerte de su padre y amigos, recuperó el anillo de Felagund y vivió en Dorthonion siempre perseguido, pero se hizo amigo de las bestias y las aves. Así comienza también la historia de Beren y Lúthien, donde Finrod también participó.
Cuando Beren llegó a Nargothrond para pedirle ayuda a Finrod, iba alzando su mano y enseñando el anillo para evitar que lo mataran los guardias de Nargothrond, mientras gritaba: "¡Soy Beren hijo de Barahir, amigo de Felagund! ¡Llévenme con el rey!", y así fue como lo llevaron con el rey Finrod y éste lo recibió. A puertas cerradas, Beren y Finrod Felagund platicaron sobre la muerte de Barahir y sobre la historia de Beren y sobre Lúthien y sobre lo que el rey Thingol le encargó. En esto, Finrod vió como él también se veía inmiscuido en la maldición de las gemas de Feänor y en las palabras que él le dijo a Galadriel. Finrod decició ayudar a Beren, y al pedirle ayuda a su pueblo y sus nobles, casi no la consiguió, porque en Nargothrond habitaban Celegorm y Curufin, hijos de Feänor, que ya habían comenzado a conspirar contra el rey e infundieron tanto temor en el pueblo y los guerreros de Nargothrond, que ninguno se atrevió a luchar abiertamente otra vez hasta los tiempos de Túrin. Sólo diez hombres acompañaron a Finrod Felagund y se marcharon al norte, dejando temporalmente el mando de Nargothrond a Orodreth.
Pero fueron capturados por Sauron que habitaba en la antigua torre de Minas Tirith, y ahí fue matando uno a uno a cada miembro de la compañia, para que le revelaran quiénes eran y qué querían, sobre todo Finrod a quien no reconoció, pero detectó su gran poder. Al final solo quedaban Finrod Felagund y Beren encadenados, y llegó entonces el monstruo de Sauron para matar a Beren. Pero entonces Finrod rompió sus cadenas y luchó con el monstruo con manos y dientes únicamente, matándolo al final, pero quedando herido de muerte también él. Finrod Felagund se despidió de Beren y quedó yaciendo ahí en una prisión dentro de la torre que él mismo había construido. Así, el más noble rey que hubo en Beleriand murió cumpliendo su promesa y salvando la vida de Beren. Se cuenta que los Valar, para recompensarlo, no mantuvieron a Finrod Felagund mucho tiempo en Mandos a donde van los elfos al morir, sino que reencarnó y se fue a vivir a Valinor donde reinaba sobre los Noldor su padre Finarfin.
Aquí termina la historia de Finrod Felagund, el más noble de todos los reyes Noldor, y que siempre se mantuvo fiel a sus amigos, por muy mal que le fuera. Sin embargo, la historia de su reino, Nargothrond, no termina aún.
Orodreth quedó reinando entonces, pero desde entonces Nargothrond también le retiró su apoyo a los hijos de Feänor. Cuando estos se unieron con los hijos de Fingolfin para dar un golpe definitivo a Morgoth, la casa de Finarfin no los apoyó, y sólo unos cuantos fueron a la guerra con el permiso de Orodreth pero bajo la condición de que lucharan con la casa de Fingolfin. En esta batalla Gwindor, noble de Nargothrond, cayó preso, al igual que Húrin, un guerrero vasallo de la casa de Fingolfin. Así comienza también la historia de los hijos de Húrin. Morgoth maldijo a Húrin y su descendencia, y la historia se relaciona muy cercanamente con la caída de Nargothrond, que a diferencia de Finrod Felagund, murió víctima de su propio orgullo: Túrin hijo de Húrin, después de muchas penas, se encontró con Gwindor que escapó de Morgoth y éste lo llevó a Nargothrond, donde fue conocido como Mormegil. Pero Túrin tenía la fortuna de siempre terminar como líder y personaje importante: se hizo un hombre de gran confianza para Orodreth, terminó como capitán de las fuerzas de Nargothrond con lo que estas volvieron a luchar abiertamente y mandó construir un puente a la entrada de la ciudad para agilizar los movimientos de las tropas.
Llegaron entonces dos elfos del pueblo de Angrod que vivían al sur con un mensaje del Valar Ulmo, para que volvieran a esconder la ciudad y tirar el puente, pues pronto Morgoth podía mandar tropas para conquistarlos. Pero Mormegil se negó y efectivamente, Morgoth mandó a un dragón y muchos orcos que terminaron conquistando y dejando en ruina al reino más grande de Beleriand, además de que Orodreth y su única hija Finduilas murieron. Así cayó Nargothrond, como su mismo fundador Finrod Felagund había predicho: sin esperanzas ni heredero que lo recuperara.
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