EL HOBBIT

El Hobbit (1937) es un libro sencillo sobre un personaje sencillo, y sin embargo, revela todo un mundo lleno de magia y color, como si se viera a través de una ventana, dentro de un lugar seguro como casa, hacia el exterior en una tarde que llueve o cuando amanece y todo se llena de luz.

En realidad, El Hobbit fue escrito por Tolkien como un mero cuento para entretener a sus hijos (a los que les encantaban los cuentos de su padre, por cierto) y tal vez ni su mismo autor se diera cuenta de todo lo que conllevaría después la creación de un personaje tan singular. De hecho, el mundo de la Tierra Media ya venía creándose en su mente y en sus escritos desde casi 20 años atrás, pero eso solo era como un hobby y algo más personal para él. Y el que ya en este cuento se incluyeran pedazos de aquella historia como Gondolin y Elrond ya comenzaba a indicar un paso, que sería decisivo más tarde, hacia todo el mundo de la Tierra Media.

Casi todos los personajes y sus razas en la Tierra Media están basados en personajes de mitologías escandinavas e inglesas, como los elfos y los enanos, pero todos ellos presentan en la Tierra Media peculiaridades y características que los hacen distintos y particulares de este mundo. Con los hobbits ocurre algo similar, pero también completamente distinto. En realidad, los hobbits fueron una invención de Tolkien. La palabra para nombrarlos se le ocurrió a él, basándose en algunas lenguas antiguas.

Se dice que alguna vez estaba Tolkien enseñando en Oxford cuando de pronto se le ocurrió escribir las palabras "En un hoyo en el suelo, ahí vivía un hobbit"... y entonces así todo comenzó...

¿Qué es un hobbit?

Los hobbits son seres pequeños de estatura, nos llegarían un poquito más abajo de la cintura, como los enanos, solo que estos últimos eran más corpulentos y por cierto feos. Su pelo es normalmente erizado y casi siempre oscuro. En lo pies también tienen pelo y además, no usan zapatos (salvo en contadas ocasiones), pues la planta de sus pies tiene una piel como de cuero que les permite andar por caminos que nosotros normalmente no cruzaríamos sin zapatos. Ellos acostumbran tener muchas comidas al día, cuando tienen tiempo hasta seis, por lo que son también normalmente gorditos. Por lo general los hobbits viven bajo tierra, en hoyos que no son como madrigueras ni nada parecido, sino lugares confortables y cómodos para vivir, con muchos cuartos y ventanas, y no son húmedos ni sucios.

Bilbo era un hobbit común y corriente, normal como todos los de La Comarca, donde él y casi todos los hobbits vivían (un lugar por cierto lleno de días de sol y estaciones tranquilas). Le gustaba la vida tranquila, las comodidades y las numerosas comidas, y no por eso era, como casi todos los hobbits, aunque no todos, presumido o arrogante, sino sencillo y le encantaba disfrutar de su vida pacíficamente y sin molestar a nadie. En fin, a los hobbits les encanta la vida tranquila sin mucha aventura, hacer fiestas, dar regalos, disfrutar de su vida sin molestar a nadie. Quien se iba a imaginar que un día llegarían sin ser invitados toda una compañía de enanos que se lo llevarían, en parte en contra de su voluntad y en parte con su consentimiento, a una aventura por lugares remotos y peligrosos, muy lejos de su querida Comarca que en todo tiempo recuerda y añora.

Bilbo atiende a sus inesperados invitados en su humilde hogar Es así como Bilbo se vio envuelto en líos con los trolls y con arañas gigantes, conoció a los elfos de Rivendell y al final se enfrentó, el solo, con un dragón de fuego.

Así mismo Bilbo hizo en una de sus numerosas aventuras, un descubrimiento que le parece a él tan ínfimo que ni en el cuento parece dársele importancia: encuentra en lo más profundo de una montaña, un pequeño anillo con propiedades mágicas, pero nada del otro mundo...

Bilbo vivió muchas aventuras en su viaje de ida y vuelta, y todas ellas muestran como este personaje siempre da lo mejor de si, como poco a poco él se va descubriendo como un hobbit que es, como todos los hobbits son aun sin darse cuenta, valiente y entregado, que sabe dar de si mismo para los demás, para sus amigos y por sus ideales. Poco a poco la confianza en sí mismo crece, y así poco a poco Bilbo se va dando cuenta de la dimensión real que tiene el mundo al que pertenece, un mundo que desde la pequeña perspectiva de un hobbit parece inmenso y terrible, oscuro y lleno de miedo, pero que, como Bilbo mismo se dio cuenta, es también una oportunidad más para ir y cambiar las cosas, para ir y dar de sí mismo en la mínima oportunidad.

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